Tríptico de la Sagrada Familia con Santo Domingo y San Francisco
Marcellus Coffermans
Hacia 1570
Óleo sobre tabla / 106,5 x 88,5 cm (tabla central); 79,5 x 34,5 cm (tablas laterales)
Fundación Simón Ruiz. Medina del Campo
A través de los inventarios del banquero Simón Ruiz, realizados en 1571 y en 1597, Henri Lapeyre reparó en la vida piadosa de la familia, analizando los cuadros e imágenes de devoción que atesoraba. En uno de los dos oratorios descritos, el que estaba situado en el piso superior de su casa de la calle de Ávila, consta la existencia de tres tablas flamencas, identificadas con el tríptico expuesto. De clara raigambre flamenca, las tres pinturas formaron un conjunto, aunque las dos laterales se encuentren sin su marco original. Su presencia en Medina, formando parte de la colección de Simón Ruiz, es una prueba más del activo comercio artístico con los Países Bajos, que tenía en la villa uno de sus centros fundamentales.
La tabla central, de perfil mixtilíneo en su parte superior, presenta una hermosa y repetida composición que muestra en el centro a la Virgen con el Niño sentada en un trono con dosel. A su lado la figura de San José en un segundo plano, sostiene libro y anteojos en sus manos, equilibrándose con la representación de un ángel que ofrece al Niño un racimo de uvas, en evidente alusión eucarística. Las tablas laterales se dedican a los dos fundadores mendicantes, Santo Domingo de Guzmán y San Francisco de Asís, sobre el mismo fondo de paisaje que los unifica con la tabla central. De diferente complexión física, ambos santos podrían parecer realizados por manos distintas. La observación detallada permite sin embargo afirmar que responden a un idéntico tratamiento, corroborando la idea de tríptico.
Ha sido la comparación con obras documentadas y atribuidas justificadamente a Marcellus Coffermans lo que nos llevó en el año 1998 a adscribirle este tríptico, a partir de los estudios de Elisa Bermejo sobre su personalidad artística. El carácter arcaizante de este pintor, que sigue empleando modelos salidos de los talleres de los primitivos flamencos, avanzado ya el siglo XVI, lo presenta como una sugerente figura para comprender la pervivencia del gusto detallista y sereno de la pintura de los Países Bajos en la España del momento y de su éxito comercial. La Dra. Bermejo atribuyó a Coffermans un tríptico procedente del convento de carmelitas de Salamanca, que hoy se encuentra en el Bass Museum of Art de Estados Unidos. El tema central, que parece fue reinterpretado por él en varias ocasiones, a partir del realizado por el anónimo Maestro de la Santa Sangre de Brujas, ofrece una idéntica composición a la de Medina. Los parecidos entre todas estas obras van más allá del esquema general de la pintura, lo que nos lleva a mantener nuevamente esta autoría.
Manuel Arias Martínez y José Ignacio Hernández Redondo