Niño Jesús triunfante

Anónimo sevillano
Primer tercio del siglo XVII

Madera policromada / 60 x 25 cm
Fundación Simón Ruiz. Obra depositada en el Museo de las Ferias
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Hasta los años 40 del siglo pasado esta interesante escultura del Niño Jesús coronaba el monumental tabernáculo que ocupa el lugar central en el cuerpo bajo del retablo mayor de la iglesia del Hospital de Simón Ruiz, creado por los escultores Pedro de la Cuadra y Francisco de Rincón, con la asistencia del ensamblador Juan de Ávila, entre 1598 y 1600 y policromado por Francisco Martínez en 1601. Como muestran las antiguas fotografías recopiladas por Sánchez del Barrio, la imagen se ubicaba en el cuerpo superior del tabernáculo que, frente al carácter cerrado del sagrario inferior, estaba configurado como un expositor abierto entre pares de medias columnas adosadas, sitio que en ciertas festividades o celebraciones cedería a un ostensorio de orfebrería destinado a la exposición del Sacramento.

Muchas de las imágenes del Niño Jesús deben entenderse en clave eucarística y relacionadas con cofradías sacramentales, que ponían el acento en la fiesta de la Circuncisión como primera muestra del sufrimiento y del derramamiento de sangre por parte de Cristo, prefigurando de este modo la Pasión y la propia Eucaristía; en otras ocasiones son hermandades dedicadas a la veneración del Dulce Nombre de Jesús, que luchaban activamente contra la blasfemia y los juramentos, las que encargan esta iconografía a los escultores, utilizadas por unas y otras para sus prácticas procesionales. Si bien su presencia en el templo hospitalario podría asignarse a la labor de una cofradía de este tipo allí radicada, asimismo no cabe duda de que la visión del Niño Jesús impartiendo su bendición y empuñando una cruz o estandarte como salvador, triunfante sobre la muerte y promesa de la resurrección, serviría de alivio para los enfermos acogidos en el Hospital.

Al igual que sucedió a finales del siglo XV y primeras décadas del XVI con los denominados «niños de Flandes«, producidos sobre todo en Malinas y exportados por toda Europa con gran éxito, los llamados «niños de Sevilla», al cual debe adscribirse esta imagen, derivados de las interpretaciones que sobre este tema desarrollaron en la capital hispalense Jerónimo Hernández en 1580 para la cofradía del Dulce Nombre y Martínez Montañés en 1606 para la sacramental del Sagrario de la catedral, acapararon el mercado hispano en las primeras décadas del siglo XVII, convirtiéndose en un modelo a imitar por los artistas de otros centros. A esta expansión contribuyó la abundante elaboración de reproducciones en bronce, peltre o incluso papelón, con un coste inferior a los tallados en madera, difundidos por toda España como muestra el ejemplar plúmbeo conservado en el relicario de la iglesia medinense de Santiago el Real.

Pese a que habitualmente se ha señalado la dependencia de estos ejemplares con el modelo realizado por Montañés para la cofradía del Sagrario en 1606, en realidad la imagen del Hospital de Simón Ruiz, como otros tantos “niños montañesinos”, está más cercano a las interpretaciones del Divino Infante atribuidas a su discípulo, Juan de Mesa. Salvo la resolución del cabello en sus mechones frontales que recuerdan vagamente al prototipo de Montañés, sus rizos ensortijados y sus facciones más aniñadas, los ojos rasgados, el canon más corto y su cuerpo menos esbelto lo vinculan con obras relacionadas con Mesa, como el cercano de la catedral de Salamanca o los arquetípicos de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla y del Museo de Bellas Artes de Córdoba.

Testigos del aprecio del que debió gozar la imagen son las múltiples intervenciones que ha sufrido a lo largo del tiempo para su renovación, incluyendo la incorporación de ojos de cristal. A pesar de tan accidentada historia material, su ejemplar restauración ha permitido recuperar de la incuria de los tiempos todo aquello que del original, realizado por un competente escultor sevillano conocedor de los modelos de Juan de Mesa, se conservaba, incluyendo su característica peana decorada con gajos y gallones, aquí en una versión algo más simplificada que lo habitual.

Miguel Ángel Marcos Villán
Conservador. Museo Nacional de Escultura


BIBLIOGRAFÍA

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., “Sagrario Tabernáculo”, en ciclo expositivo “La Obra Destacada» nº 186 (julio y agosto 2019), en: https://www.museoferias.net/la-obra-destacada-186-julio-y-agosto-2019/

HERNÁNDEZ REDONDO, J. I., “El panteón de Simón Ruiz y sus dos esposas: el retablo, las esculturas orantes y la reja”, en Simón Ruiz: mercader, banquero y fundador (ed. Antonio Sánchez del Barrio). Valladolid, Fundación Museo de las Ferias, 2016, pp. 78-89.

SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., “El Salvador”, en ciclo expositivo “La Pieza del Mes” nº159 (junio 2015), en: https://www.museoferias.net/junio/

ARIAS MARTÍNEZ, M., HERNÁNDEZ REDONDO, J. I. y SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., Catálogo monumental de la provincia de Valladolid. Medina del Campo. Tomo XIX. Valladolid. Diputación Provincial, 2004, p. 40 y fig. 47.


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