Sagrada Familia del Roble
Anónimo (copia del original de Rafael)
Segunda mitad del siglo XVI
Óleo sobre cobre / 35 x 26 cm
Museo de San Francisco, Medina del Rioseco
(Obra depositada por la parroquia de Santa María y Santiago)
Las localidades de Medina del Campo y Medina de Rioseco mantienen numerosos vínculos históricos, especialmente los ligados a sus célebres ferias mercantiles del siglo XVI. Si bien Medina era la capital de las finanzas de la Corona de Castilla, la ciudad de los Almirantes llegó a convertirse en uno de los principales centros de distribución de la plata llegada desde las Indias, circunstancia que explica la grandiosa monumentalidad de sus tres principales iglesias parroquiales: Santa María, Santa Cruz y Santiago de los Caballeros.
De su riquísimo patrimonio artístico, hemos seleccionado esta pintura sobre cobre, procedente del último de los templos citados, en la que se representa a la Sagrada Familia -en la versión titulada “del Roble”-, cuyo anónimo autor sigue muy de cerca el cuadro de este título que diseñara Rafael de Urbino y en el que se supone la participación directa de alguno de sus discípulos más destacados como Giulio Romano (fechada hacia 1518, actualmente se expone en el Museo Nacional del Prado. El cobre riosecano, de pequeño formato y extraordinaria calidad artística, nos recuerda la importancia que tuvieron las copias de las obras maestras en el activo mercado del arte a lo largo de todo el siglo XVI, y de manera especial en las mencionadas ciudades feriales donde abundaba la oferta de este tipo de piezas con destino a oratorios privados y capillas familiares.
No conocemos el nombre de tan magnífica versión, actualmente depositada en el Museo de San Francisco por la parroquial de Santa María y Santiago, aunque –como apunta el profesor Jesús Urrea- la calidad y características de su colorido recuerdan las obras conocidas de Gregorio Martínez, uno de los mejores pintores vallisoletanos de las últimas décadas del siglo XVI, en cuya producción artística queda clara la influencia de las obras de los maestros italianos que pudo contemplar durante su estancia en El Escorial (se documenta allí su presencia desde 1589). De otra parte, se sabe que Martínez cultivó en ocasiones la pintura sobre planchas cobre para encargos particulares.
La Sagrada Familia aparece representada con San Juanito en una composición en diagonal de los personajes, delante de un roble que da título a la obra, junto a restos arqueológicos de la Antigüedad -en nuestro caso, los restos de una columna partida y una escultura de la Victoria- y ante un paisaje en el que destacan, a mano izquierda, arquitecturas domésticas propias de la campiña romana, en sustitución de las monumentales ruinas de las Termas de Caracalla que aparecen en el cuadro original. De otra parte, el cobre de Rioseco difiere del original en la ausencia de inscripción en la filacteria que recibe San Juan de manos del Niño Jesús, que en el original reza “ECCE AGNUS DEI” (“éste es el cordero de Dios”), en clara alusión a la Pasión que sufrirá Jesucristo en su acción salvadora de la Humanidad. La composición rafaelesca original se difundirá de manera extraordinaria por toda Europa a través de numerosas copias grabadas -entre otras, las realizadas por el italiano Girolamo Carattoni- con apenas muy pocas variaciones.
Antonio Sánchez del Barrio