Niño Jesús Salvator Mundi, con los arma Christi
Anónimo castellano
Siglo XVII
Madera tallada y policromada. Brocado. Pasamanería. Plata fundida, repujada y cincelada
Granate tallado y engastado / 42 x 23 x 12 cm (peana: 19 x 34 x 28 cm)
Convento de San José de MM. Carmelitas Descalzas. Medina del Campo
Restauración de la obra >>
Representado como Niño de pie bendiciendo con la mano derecha y sosteniendo el globo terráqueo coronado por una cruz, se asienta sobre una amplia peana de gallones a la que se le superpone un cojín de borlas pendientes. Macrocéfalo, de potente mechón montañesino y rostro redondo, actualmente se encuentra vestido con una túnica de amplios vuelos, mangas largas y collarín, todo realizado en rico brocado y rematado con finísima pasamanería. El cinturón de raso blanco bordado tiene además apliques de aljófar (perlas irregulares) con tramas de hilo metálico, motivos florales y decoración vegetal. Como iconografía típica conventual, vinculada a la entrada y profesión de las religiosas, estos Niños los vestían de acuerdo con lo que se quisiera representar. Aunque en este caso habría que considerarlo Salvator Mundi por la actitud de bendición y globo terráqueo, así como las potencias, en este momento se le quiere representar como Niño de Pasión. Ya Wierix en sus grabados lo hace rodear también de los arma Christi en número de 22 (Niño JHS Salvator Mundi. c. 1619, H. Wierix, British Museum, Nº 1859,0709.3065). La relevancia en esta ocasión se encuentra en el magnífico cinturón de seda bordada con añadidos de lentejuelas y perlas, del que penden catorce cadenillas de plata con hasta 18 símbolos de Pasión (tras la última restauración de la obra realizada en el Museo de las Ferias). De izquierda a derecha aparecen en primer lugar una campanilla grabada con el Sol y la Luna, seguido por el flagelo, la espada con oreja en la tercera; la cuarta con el gallo de San Pedro; la quinta con la bolsa de Judas; la sexta sostiene la escalera; la séptima lógicamente la cruz; la octava una linterna para el prendimiento. La corona de espinas está en la novena, la décima mantiene los tres clavos unidos a los dados. Le sigue en la undécima el martillo y en las tres últimas están: la mano que le abofeteó, la columna de fuste alto con cuerda alrededor y la lanza y caña con esponja. Por todo ello este Niño se presenta completo en su significado, además de proceder de las MM Carmelitas y recordando que Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz, fueron potenciadores de su culto. Tampoco se puede olvidar que vinculado a la reforma tridentina, el arte ofrece una naturaleza cercana e íntima, exaltando la humanidad de Cristo. José Manuel Casado Paramio BIBLIOGRAFÍA ARIAS MARTÍNEZ, M., HERNÁNDEZ REDONDO, J. I. y SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., Clausuras I. El patrimonio de los conventos de la provincia de Valladolid. I Medina del Campo. Valladolid, Diputación Provincial, 1999, p. 196. CASADO PARAMIO, J. M., “Niño Jesús Salvator Mundi (‘El Patroncito’)”, en Signa Christi. Símbolos y emblemas de la Pasión. Valladolid, J. de Cofradías de S. Santa y otros, 2015, pp. 64-65. |