Sagrario tabernáculo del retablo mayor de la iglesia del Hospital General (primer cuerpo)
Juan de Ávila (ensamblaje) / Pedro de la Cuadra (escultura) / Francisco Martínez (policromía)
1598 – 1600
Madera policromada / 128 x 163 x 99 (medidas máximas), cornisa: 167 x 102 cm
Fundación Simón Ruiz. Obra depositada en el Museo de las Ferias
La restauración realizada por Francisco Boldo – Taller de Restauración de Arte ha
contado con la financiación de la «Asociación de Amigos del Museo de las Ferias y del
Patrimonio de Medina del Campo» y la «Asociación de Amas de Casa Santa Ana»
El monumental sagrario tabernáculo del retablo mayor del Hospital General de Simón Ruiz es una interesante pieza clasicista originalmente formada por dos cuerpos, de los cuales nos ha llegado a la actualidad sólo el cuerpo inferior. Sus características quedan bien definidas en el propio contrato del retablo mayor (ASR, CC, C 203, 173), en cuyo f.3r se dice:
“Yten la custodia la arán en tres ochavos, el primero cuerpo que tenga de ancho por la parte de atrás seis pies y de alto treze y en el cornisamento primero a de llevar talla en el frisso y en el segundo cuerpo ni más ni menos tallado el mismo frisso según e de la mano que demuestra la misma traza.
Yten en la misma custodia a de llevar çinco figuras redondas y otra de la puerta de la custodia a de ser de medio relieve como lo muestra la traza…”
Por las fotografías del retablo que hemos podido reunir, sabemos que hasta las primeras décadas del siglo XX, la “custodia” completa se mantuvo tal y como fue concebida: su primer cuerpo con el relieve de El Salvador en la portezuela central y dos “figuras redondas” en el interior de las hornacinas de las caras laterales, separadas éstas por columnas exentas, y coronado por una balaustrada perimetral; el cuerpo superior mantenía la misma planta de medio ochavo con un Niño Jesús de bulto en la hornacina central, con medias columnas pareadas y adosadas a los flancos separando las caras laterales; dos elementos ornamentales –quizá dos jarrones- se alzaban en los vértices de la cornisa superior. Así puede contemplarse en la fotografía de Laporta y Ciarán publicada por José Martí y Monsó en sus Estudios histórico-artísticos… (1898-1901, p. 306). Esta “custodia” monumental fue la que tanto gustó a Antonio Ponz en su Viage de España… (1789, II, pp. 163-164), de la que dijo: “Toda esta escultura [del retablo] es muy buena, como lo es también el tabernáculo octágono con columnas corintias en el primer cuerpo; de compuestas y pareadas en el segundo, que es redondo (sic), con los Apóstoles en los intercolumnios”.
Por las siguientes imágenes que tenemos del conjunto, podemos comprobar que en la década de 1920 el tabernáculo sufre una notable alteración: sobre unas nuevas gradas sobredoradas, tan sólo aparece el segundo cuerpo del sagrario, coronado ahora por un sombrerete ochavado con un remate superior, manteniéndose el Niño Jesús en el interior de la hornacina frontal. Así es como podemos verlo en la fotografía general del retablo que hace Georg Weise hacia 1920–1924 (Bildarchiv Foto Marburg. Philipps Universität Marburg) y en otra aparecida en la Memoria correspondiente al año 1925… (p. 53) del Hospital General, que por ser de detalle del sagrario nos induce a pensar que la transformación se hizo por aquellos años. Más adelante, en un momento indeterminado de los años cuarenta, desaparece del tabernáculo el mencionado Niño Jesús (se traslada al retablo lateral de San José para, ahora, acompañar al titular en sustitución del Niño original, que es retirado por su gran deterioro); así puede verse en la fotografía del Catálogo monumental de García Chico (1961). El tabernáculo sufre una última transformación a finales de los años sesenta cuando el segundo cuerpo con su sombrerete son sustituidos por el primer cuerpo original, llegando así hasta nuestros días (quizá esto se produjera al tiempo del cambio de orientación del altar y el celebrante hacia el pueblo, a partir de las disposiciones del Concilio Vaticano II). Tras el cierre de la iglesia, este primer cuerpo de la “custodia“ sufre varios expolios en los años 2012 y 2013, pero afortunadamente sus elementos son recuperados; en 2015 se interviene en el relieve de El Salvador de la portezuela y se recobra su policromía original; en el proyecto de ensamblaje y restauración actual de los elementos de la mazonería –intervención que ha coincidido con el hallazgo del contrato de la policromía del retablo-, las tallas de los pedestales, frisos y “cornisamientos“ arriba citados recuperan sus motivos decorativos y su excelente dorado; asimismo, los “brutescos”, las labores vegetales y las guirnaldas policromadas, vuelven a lucir la viveza original de las tonalidades con que fueron concebidas.
Antonio Sánchez del Barrio
BIBLIOGRAFÍA
José MARTÍ MONSÓ, Estudios histórico-artísticos relativos principalmente a Valladolid… (1898-1901). Valladolid, Ámbito Ed. y otros, 1992 (2ª ed.), pp. 306-307.
GARCÍA CHICO, E., Catálogo monumental de la provincia de Valladolid. Medina del Campo. Tomo III. Valladolid, Diputación Provincial, 1961, pp.156-159.
URREA FERNÁNDEZ, J. y PARRADO DEL OLMO, J. Mª, “El Arte en Medina del Campo”, en Historia de Medina del Campo y su Tierra; t. I. Valladolid, Ayuntamiento de Medina del Campo y otros, 1986, p. 680.
ARIAS MARTÍNEZ, M., HERNÁNDEZ REDONDO, J. I. y SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., Catálogo monumental de la provincia de Valladolid. Medina del Campo. Tomo XIX. Valladolid. Diputación Provincial, 2004, pp. 37-38.
SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., “El Salvador”, en ciclo expositivo “La Pieza del Mes” nº159 (junio 2015), en: https://www.museoferias.net/junio/
HERNÁNDEZ REDONDO, J. I., “El panteón de Simón Ruiz y sus dos esposas: el retablo, las esculturas orantes y la reja”, en Simón Ruiz: mercader, banquero y fundador (ed. Antonio Sánchez del Barrio). Valladolid, Fundación Museo de las Ferias, 2016, pp. 78-89.