Virgen de la Esperanza
Anónimo castellano
Hacia 1600
Madera de pino policromada / 65 x 23 x 20 cm
Colección particular. Obra restaurada por la Fundación Las Edades del Hombre en 2017
Con la denominación de Virgen de la Esperanza se conoció popularmente a esta escultura de Ntra. Señora en la que el embarazo se hace absolutamente explícito al aparecer en su vientre la figura de un Niño Jesús dentro de un viril ovalado. Es sabido que la festividad de la Expectación, el 18 de diciembre, es celebrada por la Iglesia española desde 1573 (por Breve de Gregorio XIII), aunque sus antecedentes más lejanos se remontan al X Concilio de Toledo (año 656). De aquí que no sean extrañas las representaciones medievales de María en estado de buena esperanza; por el contrario, no es tan frecuente encontrar esculturas en la que el propio Niño Jesús forma parte también de la representación, como ocurre en esta pequeña talla cuya existencia dimos a conocer hace tres años, al comentar las características de la Virgen de la Expectación de Megeces (Valladolid), de cronología posterior (SÁNCHEZ DEL BARRIO, 2014, p.202).
La pieza que ahora nos ocupa ha de enmarcarse en el contexto del período de esplendor que conoce el culto a la Virgen de la Expectación en la Corte madrileña, durante las primeras décadas del siglo XVII, coincidentes con el reinado de Felipe III. Figura clave en la difusión de esta devoción mariana es el trinitario vallisoletano Simón de Rojas (beatificado en 1766 y canonizado en 1988), confesor de la reina y fundador, en 1611, de los “Esclavos del Dulce Nombre de María”, congregación que contrata en 1624 una imagen devocional destinada a ser la titular de la Hermandad y venerada en la capilla de la Expectación del convento de la Trinidad. Encargada al escultor Juan de Porres, se quiso expresamente que reflejara la visión sobrenatural que tuvo San Simón de Rojas en la víspera de la fiesta de la Expectación, cuando contempló a la Virgen encinta y con larga cabellera tendida sobre los hombros –como en las representaciones antiguas de esta iconografía- pero mostrando en su seno, dentro de un viril ovalado, la figura del Niño Jesús desnudo y bendiciendo al mundo (CARLOS VARONA, 2008, pp. 85 y 86). La iconografía se difunde pronto en los círculos cortesanos y entre las congregaciones del “Ave María”, circunstancia que explica su vigencia en la España de los siglos XVII y XVIII, y su inexistencia casi absoluta en el resto de Europa después del Concilio de Trento. Desde el siglo XIX, con la llegada de las ideas ilustradas, las imágenes de esta tipología van retirándose del culto por lo explícito de su contenido, considerado incluso “indecente” en opinión de algunas altas jerarquías eclesiásticas.
Sin embargo, tanto la talla como la policromía de nuestra escultura son más propias del tránsito del siglo XVI al XVII, que de los años del segundo cuarto de esta última centuria, con prendas de largos pliegues en las que predominan los dorados y los estofados sobre fondos azul (el manto) y rosa (la túnica), lo nos lleva a pensar en dos posibilidades: primera, la más probable, que sea una escultura muy temprana (quizá de las primeras) de esta nueva modalidad, correspondiente a los tiempos en que se está gestando la devoción cortesana y por tanto anterior al citado encargo de la Congregación de 1624; o, segunda, que fuera realizada con posterioridad a esta fecha por un autor que sigue cánones compositivos “anticuados” o propios de décadas anteriores.
De su historia particular conocemos muy pocos datos precisos: su pertenencia a un patronato particular establecido en la Colegiata de San Antolín de Medina del Campo, más concretamente al de la capilla de Ntra. Señora de Concepción o “del Pópulo”, que fue la última en mantener una memoria perpetua de misas (vigente entre 1909 y 1924), aunque en su inventario no hemos encontrado noticia de esta pieza; y, de otra parte, su ya comentada denominación popular de “Ntra. Señora de la Esperanza”, que se confunde con la titular (una Virgen con el Niño bien documentada, de hacia 1500) de la ermita de este nombre situada en la Puerta de Salamanca de esta localidad.
Por su semejanza, concluimos citando una talla de esta misma tipología, que se conserva en la parroquia de Santiago de Castilleja de la Cuesta (Sevilla), que aparece arrodillada y con las manos juntas en actitud de oración, atribuida a Francisco de Ocampo (CARLOS VARONA, 2008, p.90).
Antonio Sánchez del Barrio
BIBLIOGRAFÍA
TRENS, M., María, iconografía de la Virgen en el arte español. Madrid, Ed. Plus Ultra, 1946.
CARLOS VARONA, Mª C. de, “Una propuesta devocional femenina en el Madrid de comienzos del siglo XVII. Simón de Rojas y la Virgen de la Expectación”, en CARLOS VARONA, Mª C. de, y otros (Eds.) La imagen religiosa en la monarquía hispánica. Col. Casa de Velázquez, v. 104. Madrid, 2008, pp. 83-99.
LAMAS-DELGADO, E., “Partnership between painters and sculptors in 17th-century Spain: on model drawings by Francisco Rizi for an altarpiece of the Expectant Virgin”, en RIHA Journal, nº 63 (11 enero 2013). http://www.riha-journal.org/articles/2013/2013-jan-mar/lamas-partnership-between-painters-and-sculptors.
SANCHEZ DEL BARRIO, A., “Virgen de la Expectación”, en Eucharistia, Catálogo de la exposición de “Las Edades del Hombre” en Aranda de Duero. Valladolid, 2014, pp. 202-203.
SÁNCHEZ DEL BARRIO, A., “Virgen de la Esperanza”, en Reconciliare, Catálogo de la exposición de “Las Edades del Hombre” en Cuéllar. Valladolid, 2017, pp. 236-237.