DOCUMENTOS ARCHIVO SIMÓN RUIZ – 27 / MAYO – JUNIO 2020
Inventario de bienes que se hace a la muerte de Simón Ruiz
Medina del Campo, 3 de marzo de 1597
Manuscrito sobre papel / 31 x 22 cm, 41 ff.
Archivo Simón Ruiz. ASR, H 32, 1, ff. 30r-70v
Simón Ruiz fallece el 1 de marzo de 1597 y dos días después se procede a la redacción del inventario de bienes del finado para su posterior almoneda. Ante el escribano público Gaspar de Soto y contando con la presencia del corregidor de la villa, Jorge de Baeça y Aro, se reúnen en las casas principales de la calle de Ávila los testamentarios más cualificados, con sus correspondientes escrituras de poder, procediéndose a la enumeración y registro de los bienes patrimoniales del mercader, tanto los que se encuentran en las diferentes estancias de la mansión, como los que conforman sus bienes y valores financieros (justo es recordar que de todos ellos da buena cuenta el profesor Basas Fernández en su artículo titulado “La hacienda de Simón Ruiz”, 1963, especialmente en las pp. 486-504).
El inventario comienza con el registro de las piedras preciosas y alhajas de oro y plata, para continuar con los objetos que componen el ajuar doméstico de su casa: las obras de arte y muebles, las piezas de cristalería y vajillas, las tapicerías…; siguen las denominadas “Cosas del ospital”, ropas y vestimentas…, hasta llegar a los enseres y reservas que se hallan en la bodega y huerto posterior de la casa: los aperos, cubas, provisiones, cargas de trigo y cebada, vinos y vinagres que allí se conservan, así como los bienes que se encuentran en la casa accesoria a la mansión; es decir, sus carrozas, animales y aparejos. Los diferentes objetos que componen su patrimonio y que aparecen en este inventario, nos ofrecen un panorama muy fiable de cómo era la vida cotidiana en la casa del mercader; según se recorren –en varios días- las diferentes estancias, oratorios y camarín, van enumerándose los diferentes escritorios, contadores, arcones, arquetas y mesas de diversas procedencias; tapicerías, cordobanes y guadamecíes, tablas y pinturas en lienzo –como los retratos de cuerpo entero del mercader y su esposa Dª Mariana de Paz-, imágenes, esculturas y otras obras de arte; objetos sacros como relicarios, cruces, candeleros…; infinidad de telas, damascos, géneros textiles y paños de todo tipo, ropas y vestidos, aderezos…; y, también, los libros que forman su breve biblioteca, piadosos y de devoción los más y de caballerías y entretenimiento los menos. Otro conjunto de bienes inventariados lo forman las llamadas “Cosas del ospital” (ff. 37v y ss. y ff. 40r y ss.) que son los bienes que Simón Ruiz deja expresamente destinados a equipar su fundación hospitalaria: telas y encajes para los ornamentos religiosos, obras de platería para el ajuar litúrgico, alfombras, lienzos para manteles, sábanas, colchas, mantas…, numerosas piezas de cerámica, tinajas, mesas, bancos, arcas, muebles diversos, etc.
Por otra parte, se reseñan con detalle los numerosos efectos y valores que componen su capital, como los censos, escrituras, créditos, privilegios…, que forman una importante suma dineraria; entre ellos cabe distinguir como los más estables los que corresponden a los títulos de renta, es decir, los juros sobre las alcabalas de Salamanca, Palencia y Arévalo, los censos sobre Medina y propiedades de varios personajes de la nobleza, y sobre las tercias de Zamora, cantidad que suponía más de 3,5 millones de mrs.
Según los cálculos efectuados por Lapeyre y Ruiz Martín, a partir de este inventario, la fortuna que Simón Ruiz deja al morir se estima en 378.412 ducados, cifra a la que habría que deducir 15.000 ducados de deudas; es decir, una suma realmente asombrosa en la Europa de la época.
Antonio Sánchez del Barrio
BIBLIOGRAFÍA
Manuel Basas Fernández, “La hacienda de Simón Ruiz”, en Boletín de la Institución Fernán González, 1er sem., año 41, nº 160. Burgos, 1963, pp. 481-504.
Henri Lapeyre y Felipe Ruiz Martín, Simón Ruiz (1525-1597) en Medina del Campo. Cámara de Comercio e Industria, Valladolid, 1971 (2ª ed. en 1990).