El 22 de noviembre de 2024 se cumplieron cincuenta años del fallecimiento de Ángeles de Castro, esposa de Miguel Delibes, y la Fundación que lleva el nombre del escritor ha querido recordarla con esta exposición, apoyada en gran medida en palabras del propio Delibes. No es, por tanto, solo un homenaje, sino también una póstuma declaración de amor que, pensamos, les hubiera guastado a ambos.
Las oscilaciones de ánimo acompañaron a Miguel Delibes toda su vida, mas con el tiempo predominó en él la tendencia al pesimismo. Angustiado desde niño por la que sabía inevitable desaparición de sus seres queridos, y rebelde sin apenas esperanza ante la injusticia social y el deterioro ambiental, asumió con fatalismo que la creatividad llevaba aparejado un cierto desequilibrio emocional. El antídoto era Ángeles de Castro.
Alegre, optimista, ilusionada, abierta al futuro, inculcó al escritor el gusto por la literatura, fue la primera lectora y crítica de sus textos, y le acompañó por universidades de todo el mundo. Ella le animaba a escribir, a sacar adelante una familia, a lidiar con la burocracia y las contrariedades cotidianas, a pelear “en la salud y en la enfermedad”… Con apenas 20 años, el entonces caricaturista Delibes ya firmaba MAX (Miguel, Ángeles y la incertidumbre del futuro) y con 38 le dedicó su novela Diario de un emigrante, anotando: “A Ángeles de Castro de Delibes, el equilibrio; mi equilibrio”.
Al poco de fallecer su esposa, Miguel Delibes ingresó en la Real Academia Española. Al inicio de su discurso recordó conmovido “… la muerte de Ángeles, mi mujer, a la que un día, haca ya casi veinte años, califiqué de ‘mi equilibrio’. He necesitado perderla para advertir que significaba par mí mucho más que eso: ella fue también, con nuestros hijos, el eje de mi vida y el estímulo de mi obra pero, sobre todas las cosas, el punto de referencia de mis pensamientos y actividades. Soy, pues, consciente de que con su desaparición ha muerto la mejor mitad de mí mismo”.
Quien fuera equilibrio y la mejor mitad de Miguel Delibes bien merece en esta fecha, este modesto pero sentido y emocionado homenaje.
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