La fotografía histórica ejerce un poder de fascinación que muchas veces va más allá del mero documento gráfico que nos ofrece la imagen “congelada en el tiempo” de una persona, un monumento o un paisaje. La inapelable exactitud de la fotografía en sus más variadas técnicas, hace que el pasado ya perdido mucho tiempo atrás vuelva a resurgir, actuando estas imágenes como documentos; es decir, como fuentes documentales de la memoria, como bien recordara Publio López Mondéjar (La fotografía como fuente de memoria, Madrid, RABASF, 2008). Por su parte, la consolidación de la prensa escrita en el siglo XIX, va a convertirse en un eficaz medio de difusión del acontecer diario o semanal de una sociedad que, en términos genéricos, está en plena ebullición; esto ocurre de forma más acentuada en las pequeñas poblaciones, en las que la existencia de uno o dos semanarios locales –generalmente de corta duración pero en continua renovación de cabeceras- mantienen viva la a veces agitada “agenda pública” de la localidad.

En nuestro caso, las fotografías y los semanarios locales -“luces impresas y letras de molde”- de la Medina que cruza la frontera del siglo XIX y entra en las primeras décadas del XX, nos acercan a una sociedad en cierto modo “aletargada” en la que aún perviven elementos decadentes y caducos difíciles de superar; pero también “cambiante” y conocedora de una renovación social evidente gracias a impulsos tan importantes como la fuerza transformadora que trae consigo la llegada del ferrocarril, la innegable mejora de la “salud pública” y algunas de las intervenciones urbanísticas, o la lenta pero constante entrada en la vida cotidiana de las sorprendentes invenciones técnicas de las décadas del cambio de siglo.

En la presente exposición se expone alrededor de un centenar de imágenes en su mayoría inéditas y centenarias, procedentes de varias colecciones institucionales y locales, junto con ejemplares originales de la veintena larga de semanarios publicados entre 1865 y 1930, conservados en el Archivo Municipal y en colecciones privadas. Las fotografías y periódicos se realzan con “objetos de época” repartidos en siete apartados que son los que forman el discurso expositivo, a saber: I Las primeras fotografías; II Paisajes panorámicos; III El legado artístico; IV Los impulsos de los nuevos tiempos; V Retrato de una sociedad inquieta; VI Los “días señalados” y VII Invenciones sorprendentes. Se quiere así mostrar un retrato visual de la sociedad medinense que deja el siglo XIX para adentrarse en los convulsos años del primer cuarto del XX.

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