Pinturas sobre tabla del retablo de San Martín La Huida a Egipto, La Circuncisión, Jesús entre los doctores, La Asunción; Cristo Juez resucitado, Los condenados arrastrados por los demonios y Los justos acompañados por los ángeles Anónimo castellano, década de 1530
|
|||||||||||||||||
Del mismo modo que en diciembre de 2003 tuvimos la oportunidad de poder contemplar en el Museo las siete pinturas del retablo dedicado a Ntra. Señora de la Colegiata de San Antolín, tres años después y en el marco del mismo convenio de restauración, podemos ahora redescubrir la calidad de las once tablas del retablo de San Martín, una vez que éstas han recuperado la intensidad de su rica policromía original. En primer término, hay que recordar que el retablo mayor de la antigua iglesia de San Martín –actual sede de la Fundación Museo de las Ferias- es un conjunto de extraordinaria calidad formado: de una parte, por esculturas y relieves de origen flamenco (Brabante, hacia 1515), emplazadas en el banco y en la calle central; de otra, por una serie de once tablas pintadas, ocho de ellas dedicadas al ciclo de la vida de la Virgen María, situadas en las calles laterales del conjunto, y las tres restantes, dispuestas en torno al calvario del ático representando el Juicio Final, con Cristo juez sobre los justos y los condenados. La unión en un mismo conjunto de obras de procedencia castellana y flamenca, refleja a la perfección el panorama de influencias mutuas originado por el intenso contacto comercial que hubo en los finales del siglo XV y las primeras décadas del XVI, entre los principales centros mercantiles castellanos (Medina del Campo y Burgos) y de los Países Bajos (Amberes, Bruselas y Brujas). De otra parte, cabe afirmar que este conjunto está considerado por la crítica especializada como una de las obras más notables de la retablística castellana de su época, tanto por la calidad de las tablas y relieves que lo integran, como por la muy novedosa traza que presenta su arquitectura, con elementos estructurales y motivos decorativos plenamente renacientes. Los escudos que aparecen en las grandes columnas laterales nos informan de los promotores de su construcción: D. Pedro de Ribera (hijo de los fundadores de la iglesia), al que corresponde el blasón de fajas horizontales, y su esposa, Dª Ana de Chaves, a la que corresponden las armas del escudo cuartelado. Respecto a las características de estilo de las tablas, se reconocen en su anónimo autor la convergencia de las influencias centroeuropeas e italianas. Centroeuropeas en la concepción formal de las escenas, muchas de ellas compuestas a partir de estampas; e italiana en las soluciones adoptadas en la representación de muchos elementos particulares, más propias de los ámbitos mediterráneos.
|